Y es que faltaban 4 segundos... y de sus manos salió un balón en forma de alas, y voló, y voló hasta llegar a su nido, donde su madre la esperaba con los brazos abiertos y así poder escuchar el sonido que a todos nos gusta...chuff. Que maravillosa canasta. Que alegría... Todo era felicidad. Esa canasta nos mantenía en la lucha por la clasificación una semana más.
Y es que a falta de 20 segundos Hermanos Machado ganaba de uno y tenía posesión, pero una magnífica defensa hizo que Álvaro recuperase el balón. Desde el banquillo se le animaba, aún quedaban 20 segundos y sólo se perdía de uno. Álvaro cruzó la pista con tranquilidad, sin que el pánico le acechara buscaba a Pablo ( nuestro máximo anotador de la temporada ), pero la defensa le estaba cubriendo fuertemente. Desde lo más alto de la pintura apareció nuestro salvador, aquel chico que con sus movimientos tibetanos se desprendía de la defensa volviéndolos locos. Agarró el balón, bailó y a falta de 4 segundos nos puso uno arriba.
Hermanos Machados no pudo hacer nada con el tiempo que quedaba, y la victoria se la llevaron los visitantes.
Siempre nos quedarán esos abrazos al final del partido, esas anécdotas que contar cuando nos volvamos a reunir todos, ese Gaby a la espera de un posible rebote por si ese balón no entraba. Siempre nos quedará esa amistad que una tarde de un sábado cualquiera nos unió a todos, un poquito más.
1 comentario:
Y esa cena que se nos debe en la dorada hermano!!!!Grande!!!
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