El Club Mireste, en su anterior época cerró sus filas al baloncesto. Muchos de los que habían crecido como jugadores se veían en la calle y otros tantos empezaban a buscarse la vida para seguir practicando. Entre ellos, estaba yo, que una vez llegado a seniors quería seguir creciendo como jugador.
( Otro día contaré la historia de como surgió el nuevo equipo de baloncesto que sustutuyó al senior del Mireste )
Una vez formado el magnífico equipo plagado de estrellas, hay que decirlo. Gente que venía del Caja, del Sevillano, de otros equipos federados...sólo Amador, Kike y yo veníamos del Club Mireste. La temporada se nos dió muy bien. Con el antiguo formato de la competición, en la primera fase hicimos un balance de 11 - 1 y pasamos como primero de grupo, lo que nos aseguraba jugar siempre conociendo el resultado de nuestros rivales en la segunda fase. En esta segunda fase, se enfrentaban 6 equipos para decidir quien sería el campeón de Distrito Este. Esa 2º fase se nos dio de arte y conseguimos 5 - 0 y nuestro primer título.
Ahora tendríamos que jugar la fase final representando al Distrito Este y lo hicimos mal. Los Cuartos de final eliminamos al campeón dle Distrito Sur y semifinales contra el campeón de Triana, Los Shadwell´s. quedaban 8 minutos de juego e ibamos ganando de 9 puntos en un partido de infarto, un tercer cuarto para enmarcar, las gradas animándonos a muerte, los nervios a flor de piel...hay los nervios!! Ganando el partido uno de los nuestros, Antonichi , hizo una falta antideportiva que fue señalada por el árbitro. El jugador trianero, que no teatrero, se revolvió y empujó a nuestro alero. Desde nuestro banquillo, Esteban, saltó en forma de flecha y le dio un soberano puñetazo en la cara al jugador de triana...lo demás no hace falta contarlo. La grada al comleto bajó a la cancha, todos los jugadores saltaron... los detalles de la pelea están guardados en el distrito y todavía hay sanciones de por medio para ambos equipos. Gracias a Dios, esa sanción para la mayoría de los integrantes de nuestro actual equipo están acabadas. 3 años después hemos tenido que esperar para volver a la competición sevillana. Antonichi le quedan aún 30 partidos y a Esteban 7 años. ( mirar en sospechosos habituales aprtdo motes )
Ese fue el día donde nuestra mano acarició un título y una bofetada nos lo quitó.
jueves, 31 de enero de 2008
lunes, 14 de enero de 2008
Aquellos Maravillosos Años
Qué de tiempo ha pasado desde nuestros inicios en el baloncesto.
Recuerdo un simple cartel a las puertas del club reclutando a socios que quisieran jugar al baloncesto durante unas horas a la semana. Pablo Pascualvaca ( del que ya hablaré en su momento junto a su pareja de baile, Simón ), el monitor por aquel entonces, empezaba a ilusionarse con un proyecto que empezaba a ver la luz a finales del verano.
Niños de todas las edades llenaban nuestra mítica cancha correteando y saltando. Casi todos, por no decir todos, nunca habíamos jugado un partido de baloncesto. Algunos venían del fútbol, otros del tenis... pero nadie sabía nada serio de aquel deporte, quizás algunas voces que hablaban de un tal Jordan, un tal Kobe... y mucho menos nadie sabía que era eso de pasos, tiempo muerto o defensa en zona.
Recuerdo que cada uno quería meter la canasta más inverosímil, el triple más largo, coger el rebote más alto...pero a medida que pasaban las semanas, Pablo comenzó a inculcarnos ese gusanillo por competir y divertirnos a la vez. Novatos en todos los sentidos en una categoría cadete, con algunos infantiles que completaban la plantilla. Con jugadores que aún no sabían diferenciar entre unos botines de fútbol y otros de baloncesto. Una auténtica experiencia que jamás olvidaré.
No todo fue un camino de rosas. Había equipos muy experimentados que llevaban muchos años navegando por el distrito como Diablos Rojos, equipos con un palmarés envidiable como Unión 70 y equipos que tenían un tremendo potencial como el Colegio San Agustín. El grupo lo completaban varios colegios más y varias escuelas de baloncesto. El inicio de la competición fue un varapalo tremendo para todos nosotros. Perdíamos de más de 70 ante un equipo que a la postre sería el campeón de grupo. Una hostia bien dada en todos los sentidos que nos bajó a los infiernos y nos hizo reflexionar. Creo que ese varapalo sirvió para afrontar de manera diferente todos los demás encuentros.
La liga siguió su rumbo y nuestra concentración, fuerza y lucha nos llevó a ganar el resto de partidos en la primera vuelta (quitando el último ante San Agustín en nuestra pista ). La segunda vuelta se centró más en intentar pasar de ronda , ya que la situación había cambiado. Pero nos encontramos con un temido Diablos Rojos que nos tumbó en su campo y nos ganó el factor cancha. Dependeríamos en la última jornada de liga de nosotros mismo. Ganar si o si en la cancha del Colegio San Agustín nuestro último reto.... pero esa historia os la contaré más adelante.
Gracias a esa temporada vivimos una experiencia inolvidable, partidos míticos llenos de emoción, de lucha y entrega, partidos donde se veía la ilusión de los chavales por competir. Amigos que no se quedan en el olvido y un sinfín de anécdotas que cada uno tendrá en su memoria.
De ese año se pueden destacar las míticas actuaciones de Pablo "misil nikita" con más de 150 pts en la temporada. Los rebotes sin saltar en la lucha y entrega de Gaby, los movimientos tibetanos en el poste alto de la zona que desequilibraban a cualquiera, el descubrimiento de Yerar, un chaval que venía de jugar al tenis y que nos parecía el niño - techo de la liga. Y por supuesto... nuestra inclusión en la selección de Distrito Este por parte de varios jugadores de nuestro equipo en las que yo me incluyo. Perdimos ante Triana y Casco Antiguo...pero las derrota no fueron importantes. Lucir en nuestro primer año de baloncesto las camisetas de la selección fue un hito heroico. Esas camisetas aún están en nuestros armarios guardadas... como oro en paño.
Recuerdo un simple cartel a las puertas del club reclutando a socios que quisieran jugar al baloncesto durante unas horas a la semana. Pablo Pascualvaca ( del que ya hablaré en su momento junto a su pareja de baile, Simón ), el monitor por aquel entonces, empezaba a ilusionarse con un proyecto que empezaba a ver la luz a finales del verano.
Niños de todas las edades llenaban nuestra mítica cancha correteando y saltando. Casi todos, por no decir todos, nunca habíamos jugado un partido de baloncesto. Algunos venían del fútbol, otros del tenis... pero nadie sabía nada serio de aquel deporte, quizás algunas voces que hablaban de un tal Jordan, un tal Kobe... y mucho menos nadie sabía que era eso de pasos, tiempo muerto o defensa en zona.
Recuerdo que cada uno quería meter la canasta más inverosímil, el triple más largo, coger el rebote más alto...pero a medida que pasaban las semanas, Pablo comenzó a inculcarnos ese gusanillo por competir y divertirnos a la vez. Novatos en todos los sentidos en una categoría cadete, con algunos infantiles que completaban la plantilla. Con jugadores que aún no sabían diferenciar entre unos botines de fútbol y otros de baloncesto. Una auténtica experiencia que jamás olvidaré.
No todo fue un camino de rosas. Había equipos muy experimentados que llevaban muchos años navegando por el distrito como Diablos Rojos, equipos con un palmarés envidiable como Unión 70 y equipos que tenían un tremendo potencial como el Colegio San Agustín. El grupo lo completaban varios colegios más y varias escuelas de baloncesto. El inicio de la competición fue un varapalo tremendo para todos nosotros. Perdíamos de más de 70 ante un equipo que a la postre sería el campeón de grupo. Una hostia bien dada en todos los sentidos que nos bajó a los infiernos y nos hizo reflexionar. Creo que ese varapalo sirvió para afrontar de manera diferente todos los demás encuentros.
La liga siguió su rumbo y nuestra concentración, fuerza y lucha nos llevó a ganar el resto de partidos en la primera vuelta (quitando el último ante San Agustín en nuestra pista ). La segunda vuelta se centró más en intentar pasar de ronda , ya que la situación había cambiado. Pero nos encontramos con un temido Diablos Rojos que nos tumbó en su campo y nos ganó el factor cancha. Dependeríamos en la última jornada de liga de nosotros mismo. Ganar si o si en la cancha del Colegio San Agustín nuestro último reto.... pero esa historia os la contaré más adelante.
Gracias a esa temporada vivimos una experiencia inolvidable, partidos míticos llenos de emoción, de lucha y entrega, partidos donde se veía la ilusión de los chavales por competir. Amigos que no se quedan en el olvido y un sinfín de anécdotas que cada uno tendrá en su memoria.
De ese año se pueden destacar las míticas actuaciones de Pablo "misil nikita" con más de 150 pts en la temporada. Los rebotes sin saltar en la lucha y entrega de Gaby, los movimientos tibetanos en el poste alto de la zona que desequilibraban a cualquiera, el descubrimiento de Yerar, un chaval que venía de jugar al tenis y que nos parecía el niño - techo de la liga. Y por supuesto... nuestra inclusión en la selección de Distrito Este por parte de varios jugadores de nuestro equipo en las que yo me incluyo. Perdimos ante Triana y Casco Antiguo...pero las derrota no fueron importantes. Lucir en nuestro primer año de baloncesto las camisetas de la selección fue un hito heroico. Esas camisetas aún están en nuestros armarios guardadas... como oro en paño.
martes, 1 de enero de 2008
Nuestra primera visita al infierno rojo
Corría la temporada 2002/2003. El Club Mireste aún tenía dos equipos de senior. Los ahora llamados Separatistas y los que el club consideraba gente rookie, jugadores de primer año de senior o que no llegaban alcanzar los 20 años.
Recuerdo que ese equipo llevaba muchos años jugando juntos, apenas había fichajes a principio de temporada y el bloque era el mismo desde categoría cadete.
Gaby, Boby, Luis, Juanlu, Carlos Gómez, Javi Ramos, Botello, Carlos Pérez, Manolo, Gan, Pablo ( Pablerra ), Yera, Charly y los nuevos fichajes de ese año Edu, Amador y Kike. Recuerdo que Amador era nuevo en la ciudad que Kike venía del Sevillano de la mano de Yera y Edu era un autentico rookie ( juvenil ) que nos iba aportar centímetros en la pintura.
Recuerdo que la pretemporada fue espectacular. Ganamos a los juveniles del Sevillano ( en ese equipo estaban Alberto, Lovillo y no recuerdo muy bien si Rafa ) en nuestra pista. Para nosotros fue apoteósico. Nos subió la moral y nos pusimos unas cotas tremendas...
Pero la temporada nos puso los pies en el suelo...y en nuestro grupo estaban entre otros, los temidos Diablos Rojos.
Llegó el día en que tuvimos que visitar Torreblanca...y llegó el día en que casi todos los jugadores empezaron a borrarse del cartel. Nadie quería ir a jugar. Sólo 4 valientes se montaron en un coche rumbo aquel infierno. Edu, Amador, Kike y Charly. Nunca llegaron a pensar que ese día fuera uno de los más espectaculares que habían vivido.
El árbitro accedió a la disputa del partido, ya que con cuatro no se podía comenzar, pero gracias a él y a los Diablos, el partido se empezó. Los 4 jinetes del apocalipsis luchando en el infierno rojo.
El primer cuarto fue espectacular, miro el acta y se me ponen los pelos de punta ( hay que dar las gracias porque ese acta la hizo un mesa federado y está todo apuntado ). Ni un fallo en triples ni tiros libres. 21 - 23 al finalizar el cuarto. Nuestra caja estaba haciendo efecto y sus tiros no entraban.
El segundo cuarto fue de infarto. Nuestra caja estaba asfixiando al rival y nuestros tiros entraban todos, los Diablos empezaron a defender individual y nuestro cansancio empezaba hacer mella, pero seguíamos por delante 35 - 40.
Agotábamos todos los tiempos muertos, recontábamos segundos como podíamos, sabíamos que pronto podíamos claudicar y teníamos que aprovechar su despiste. Por lo que el tercer periodo comenzó fuerte. Ellos empezaron a cubrir toda la pista, nos costaba sacar el balón y llegar al aro. Los Diablos empezaron a tirar de oficio y dieron la vuelta al marcador 51 - 50. Aún estábamos ahí, luchando.
Las personas que allí se encontraban no daban crédito a lo que estaban viendo. Los jugadores del otro equipo nos felicitaban en mitad del partido, el árbitro nos apoyaba, le estábamos echando demasiados cojones y así seguimos durante el último periodo que comenzó con un cuatro para cuatro. Los Diablos decidieron defender con cuatro y dejar uno de palomero. Y la jugada no les falló. Cada tiro que no entraba era un suplicio para el Mireste, una contra mortífera para nosotros. Fue en este punto del partido cuando decidimos morir en la pista dejándonos todo en la cancha. Nuestra defensa individual a toda pista sorprendió a propios y extraños pero no fue suficiente para luchar contra cinco jugadores y el banquillo de los Diablos. El partido finalizó 72 - 64. Un marcador que muchos equipos ACB quisieran tener en su base de datos.
Salimos los cuatro con ganas de más, de saber que nosotros cuando queríamos, podíamos hacerlo bien. Fue aquí cuando el trío Amador - Kike - Charly se unió más y empezó a forjarse una amistad que a día de hoy aún dura, de nuevo en el Mireste Baloncesto.
Psdta.= Amador 16 pts, Kike 22 pts, Charly 16 pts , Edu 10 pts.
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